miércoles, 11 de mayo de 2011

De ingeniería y maternidad

Ayer fue un lindo día. Nunca fuí fan del día de las madres, y quiero mucho a mi mamá pero por su trabajo casi nunca pude compartir el día con ella cuando era peque, luego fui a la universidad y tampoco pude, ahora estamos lejos y sigo sin poder.
Pero ayer fue especial.Porque me permití ser yo la mamá.
Y porque Dana ya habla demasiado y me dijo cosas hermosas.
Me dí cuenta de que nunca terminé de ser la mamá prototipo. Sí, hago cosas de mamá y eso, pero también hay cosas que ni yo me esperaba de mí.

Mi sistema de organización en la casa se basa en un complejo algoritmo que Uciel jamás terminará de entender. Y hay días en que simplemente les digo: "Hagan todo lo que quieran, todo el desorden posible y coman donde más les guste sin tooodos los servicios que acostumbro. El aseo va por mi cuenta después." Y lo hacen, y yo cumplo feliz. Uciel y Dana se preguntan cuándo vuelve a tocar un día de esos, y mientras planean complacerme para ver si elijo uno de estos días cercano, yo me apego a mi función matemática que me permite elegir "esos días".
Ni qué decir de la elección del menú para la comida de cada semana. Uciel descargó, instaló y probó muchos gestores de recetas y sin alguno que nos convenciera absolutamente, decidimos programarlo nosotros mismos para nuestra entera satisfacción.

También me sorprende lo que puedo diseñar con mis conocimientos de ingeniería, como cuando a Dana le pidieron un "barquito que flotara en el agua" para jugar al descubrimiento de América, y Uciel y yo ¡no dormimos!!! por hacer una carabela idéntica a las de Cristóbal Colón, en peque, que flotara, pintadita, y muy mona. Y en la mañana dejamos a Dana en la escuela todos desvelados y orgullosos viendo nuestra creación junto a cajitas de leche sin pintar con un palito.

Y qué decir de los desperfectos del hogar, si de por sí los hombres tienden a querer hacer todo por ellos mismos (entiéndase: plomería, electricidad, carpintería y demás oficios), en nuestro caso esto se torna aún "mejor" porque entre Uciel y yo podemos rediseñar el departamento y volverlo a hacer (ajá). Todo nos parece fácil y siempre terminamos llenos de cálculos matemáticos, simulaciones, gráficos en los recibos de servicios, material desperdiciado, pero eso sí, con el departamento funcionando...

La sobremesa también es legendaria en el hogar: Dana nos oye fascinada hablar desde circuitos, lenguajes de programación y cálculo, hasta administración, literatura y química. Danaé conoce las herramientas básicas de la electrónica, el cautín, los capacitores, resistencias, multímetro...sabe para qué son y algunas características. Juega con ellos y le gusta ayudar a Uciel a "reparar cosas". Y de la computadora, ni se diga.

Ayer, Danaé me hizo observar todas estas cosas. Y más. Y me da gusto ser una mamá así. Me gusta ser quien soy, y lo que hago...

miércoles, 9 de febrero de 2011

De la niña huevo

Estaba pensando seriamente en la posibilidad de que mi bebé fuera niño y tuviera mi alergia. Una niña delicada que no puede comer una gran lista de cosas no se ve tan mal, digo yo (en parte para no sentirme depre); pero un chico quejumbrosillo, delicado, extraño, ha de ser bien raro...y no quiero eso para nadie, y menos para alguien tan especial para mí.
Le dije un día viendo mi pancita: tú no vayas a tener reflujo,no vayas a ser como papá, tú ponte chido como yo...y me tragué una a una mis palabrotas, despacito para evitar las naúseas, pero una a una las palabras retumbaron en mis neuronas y me las fui pasando poquito a poquito y mi piel debe haber tornádose a un color ligeramente más rojito.
¿Cómo que chido como yo? ¿Y mi alergia? ¿Y mi apodo de "niña huevo"? ¿Y el antojo de pastel que ni puedo tener porque nunca lo he comido?
Ojalá suceda lo que debe suceder con su vida...yo aquí me la paso sentadita, con mis naúseas, esperando a saber que será, y lo demás pues sucederá por algo...como conmigo, que no como huevo pero no subo de peso, que no como huevo pero como muchas cosas más, que no como huevo pero me voy a celebrar con mi pastel de chocolate de li cio so (receta cortesía de Romeo).

domingo, 7 de marzo de 2010

Del arsenal de objetos de mi mochila

Cuando Uciel dijo que se iba a Guadalajara yo pensé: ajap. Pero él temió lo peor...no lo dijo pero imagino el terror del que fue preso...
Siempre he cargado con toda un arsenal de cosas preventivas para las situaciones más insospechosas que podría tener la vida de un simple mortal. Desde que iba a la escuela, cargaba con toooodo en mi mochila. Y hasta la universidad, nadie había visto y creo que ni siquiera imaginado todas las cosas que podría tener en mi mochila, ah salvo mis amigos en una ocasión pero cuando llegaron al peine con cepillo y espejo y dijeron ¿Por qué siempre traes peine si nunca te peinas? Y me indigné, terminó la revisión. Tenía entonces una mochila roja, le decía "el caparazón" porque era una pequeña mochila roja que recordaba un caparazón obviamente. Pues un día, Uciel se dio cuenta de que pesaba mucho, yo estaba embarazada y no me permitían cargar NADA. Todos mis compañeros andaban cargando mis cosas siempre, y Uciel empezó cargar por todos lados el caparazón, así que un buen día me dijo que pesaba mucho para las cosas que necesitábamos en la escuela. Eran electrónicos, advierto. Y empezó a sacar las cosas que llevaba. ¿Para qué necesitas una cuchara? ¿Por qué traes tantos cosméticos si no te maquillas? ¿Cuándo usas tantas cosas? ¿Necesitas tanta crema?
Pero me sentía más segura, según yo.
Pues cuando salgo de viaje, suelo ser peor.
Y a Uciel le quiero colgar tanta cosita que sé con seguridad que ni siquiera imaginaría todo lo que lleva...pero no lo permite. Es listo y no se deja. Lleva lo básico: es hombre, me intento convencer a mí misma y sólo termino poniendo una bolsita con lo indispensable y convencida de que encontrará todo lo que me dijo en el hotel, y de que el shampoo que use no le dejará terrible el cabello.

lunes, 15 de febrero de 2010

De por qué Uciel es el hijo perdido de mi mamá (Post en continua construcción)

Sí, suena bastante raro, pero analizando profundamente las circunstancias, mis hermanos y yo opinamos y creemos fervientemente que Uciel es el hijo perdido de mi mamá; comparten más cosas que nadie je je je...ninguno de nosotros es taaan parecido a ella como él.
Y es su hijo perdido porque:

- Le gusta comer galletas de animalitos súper remojadas en café.
- Se le antojan en algún momento, unos chocorroles fríiiios, fríiiios.
- Tiene la misma nariz aguileña.
- Con ciertos olores fuertes y "feos", le duele la cabeza o se marea...pero son los mismos olores: la rosita fresita de los taxis, el barniz de uñas barato, las lociones con notas amaderadas...
- Le encanta el pozole.
- Le encantan las tlayudas.
- Cuando tiene mucha prisa se le cae la mica de los lentes...y es un chiste verlos intentando volverlo a poner.

...luego anotaré más...

lunes, 25 de enero de 2010

Del nuevo Guzmán

Mi familia ha aumentado, no, no tengo otro bebé, aunque Dana ya se lo imagine y lo visualice y le busque un nombre tan simple como: bebé, mamá, se va a llamar bebé porque es un bebé. Nop, no tengo todavía otra vez tantas agallas...El nuevo Guzmán es en realidad el primo de Uciel, que se mudó al departamento apenas. Está estudiando..mmhh..no sé, ¿por qué no soy como los demás que preguntan cosas como: ¿Qué estudias??...yo le pregunté ¿Qué no te gusta comer? Y obviamente dijo: Nada. No, yo quería una respuesta honesta, desde el fondo de su corazón. Nada, eso no es honestidad. Para animarlo, le dije: Por ejemplo, si a mi me preguntas qué es lo que no me gusta comer, te diría: sardina...ah...y la coliflor. Entonces confesó: No me gusta la papaya ni la coliflor. También le pregunté cosas más básicas como ¿tomas café? ¿comes picoso? y todas esas preguntas kindergardianas obligatorias...bueno, pues resulta que es muy buena onda, y espero que no se sienta ajeno ni incómodo, yo pienso que es cuestión de tiempo. Quizás ahorita le parezcamos extraños pero verán que en una semana cuando disfrute junto a nosotros la docena de donas gratis que cada mes nos obsequia con su infinita caridad Krispy Kreme se sentirá tan parte de esta familia...a menos que no le gusten las donas Noooooooooooooooooo!!!! ¿Pueden existir personas asi? Después lo veremos.

martes, 19 de enero de 2010

De Cadillacs y Holmes

Ayer fui a recoger un disco de los Fabulosos Cadillacs, me lo gané en una trivia, es el tributo a los FC, y realmente no son mi grupo favorito, pero a Uciel si le gustan asi que realmente participé para regalárselo...pues está bien diría yo, en particular sólo me gustó una canción sobre todas las demás. Veníamos de regreso en el autobús y vimos el anuncio de la película de Sherlock Holmes, le comenté que no la hemos visto y se ve buena. Y un instante después, una chica (adolescente) que venía de pie junto a mì, le dijo a su mamá: ¿Quièn es Sherlock Holmes? y la mamá le respondió: Un loco, drogadicto. La chica dijo: Ah. Y no me boté de la risa porque se supone que no debo escuchar las conversaciones de los demás, pero esta fue inevitable como lo son la mayoría y además discretamente me voltié para ver a Dana y a Uciel y me sonreí con ellos. Obviamente apenas bajé del autobús no pude dejar de reírme...
En estos tiempos ya ni la burla perdonan...

martes, 11 de agosto de 2009

De las tristezas profundas

Aunque hace tiempo que he sabido lo que la tristeza genera, una vez màs he entrado en mi depresión. La tristeza arrastra muchas cosas, y como dice Jaime Sabines, lloramos por los que están vivos. Si, cuando yo estoy triste aprovecho para entristecerme por todo lo que no habia podido hacerlo, ya sea por falta de tiempo, porque no lo creí conveniente o porque simplemente no lo era tanto.
Todo empezó por un mal comentario y la verdad, ha desembocado en una inmensa tristeza inagotable.
Recuerdo cuando hace años me describía, y decía siempre que era una chica alegre. Por dentro sabia que era una niña con una tristeza infinita y mal manejada...la tristeza que expresaba cuando lo hacía, no era una tristeza real, no, era ese tipo de tristeza que necesitaba cereal, helado, un cojín lindo y una cartita para sanar. Y nunca saqué la verdadera. La guardaba para mí, porque me parecía algo muy desagradable andar lloriqueando por todos los hombros que me encontrara en el camino.
Luego, alguien dijo que aquello me estaba lastimando, todo coincidía y decidí enmendarlo.
Empecé a tratar de curar mis tristezas, de llorar las penas atrasadas y de sacar toda la basura acumulada.
Pero la verdad es que guardar las tristezas es un vicio para mí, y creo que en el fondo la gente no cambia del todo nunca. Y por muchos intentos que hago, sigo guardando mis tristezas, quizàs ya por menos tiempo, unas semanas solamente en lugar de los años que acostumbraba.
Pero lo sigo haciendo, y no es muy bueno.
Porque después de todo no es tan factible el sistema de llorar varias cosas en conjunto, porque puede caerse en la depresión. Sí, es más cómodo, porque solo se enrojecen una vez los ojos, se arruga una vez el alma, se gastan los pañuelos desechables una sola vez y me da mi alergia solo por un rato.
Pero sigue siendo difícil.
Nadie ha dicho que estar triste está prohibido. Pero nunca me ha gustado estar llorando. Y me conozco, a mi me hacen llorar ciertas palabras: leche, tomate, teléfono, gorra...todo depende del tono en que se digan y la intención que contengan.
Ojalá alguien solo llegara y me diera un abrazo...aunque también me haría llorar...en eso consiste la tristeza.