miércoles, 25 de febrero de 2009

Lecturas

Empecé a leer, después de mucho tiempo que dejé de hacerlo, por amor más bien a la lectura que a cualquier otra cosa en el mundo. Temiendo que mi nueva condición no me permitiera hacerlo pues los cambios en la vida de las personas suelen ser mal recibidos. Tomé mis precauciones y alguien me ayudó obsequiandome una caja de chocolates belgas. Hay dos delicias en la vida, me dije; convencida de que el placer es momentáneo, son comer y leer. No puedo jerarquizarlas, a veces ni siquiera puedo separarlas y definirlas. Pero olvidaba otra más...y volví para rectificar el error porque eso si, me caracterizo por parecer convincente pero si un día resulta que estoy en un error, lo admito, verifico, corrijo y aprendo de nuevo. Escribir también es una delicia que la vida tiene, como escuchar música o despertar cuando se nos ha quitado el sueño y no cuando hay un aparato sonando a una hora determinada.