miércoles, 25 de marzo de 2009

De comidas y lecturas...

Leía ayer a mi hija en voz alta, poemas de Jaime Sabines, y aún leyendo en voz alta necesitaba "mi comida chocolatosa" como le llamo desde que recuerdo, a esas pequeñas colaciones de carbohidratos que hago con mis lecturas..y observé que particularmente, como cosas como chocolate o pan con los poemas, y cosas saladas e incluso picantes con las novelas. Me causó risa mi observación, que no es rigurosa pero sí coincide en muchos casos. Hice una reflexión más profunda de que nunca he preparado algo antes de empezar a leer, no me dispongo psicológicamente a comer, pero al comenzar a hacerlo, me llega el antojo y sin mucha voluntad de abandonar la lectura, me paro, busco rápidamente algo y vuelvo a leer. ¿Es acaso una manía? ¿O le sucede a todos? Puedo concebir la idea de escribir sin comer porque es mas posible, es algo común de hecho; en la escritura uno ocupa tanto la parte racional como la emocional, aun cuando uno tenga bien clara la idea de lo que se escribirá o cuando más bien sea por inspiración divina que uno está escribiendo, se necesitan ambas partes: se necesita también un pequeño estado de inconsciencia aunado a nuestro simple raciocinio para permitirse el delicado arte de plasmar las cosas, quizás por eso es menos probable ocupar una parte más para comer. Escribir es dar un pedazo de tí. Leer es, dicho de una forma burda, tomar un nuevo pedazo para tu ser. Porque lo que lees es tuyo, ya nadie podrá quitarte el recuerdo de lo leído. La diferencia es enorme. Pero no es ese el punto, sino que al escribir me es más fácil olvidarme de la comida, y en cambio, la lectura solo la concibo acompañada de un entremés...

miércoles, 11 de marzo de 2009

Y escribí..

Cuando algo deja de hacerse por mucho tiempo, uno pierde quizas, podrá decirse: la práctica. No escribía por falta de tiempo, alegaba, pero en cualquier momento tenía la inspiración de hacerlo, redactaba en la mente, todas las palabras cruzaban muy rápido, muchas cosas revueltas y muchos temas tratando de flotar para ser el primero cuando yo corriera a tomar un papel de verdad. Nunca lo hice, y se quedaron vagando, sin ser escritas, demasiadas cosas, muchos pensamientos, se fueron con el vapor de la sopa hirviendo que preparaba en ese momento...ahora es distinto, puedo escribir y lo hago feliz, porque sé que al otro lado, alguien a quien quiero mucho leerá todo esto. Es un ejercicio fuerte, me digo para tratar de convencerme y no empezar a escribir sobre las trivialidades de la vida, o sobre las albóndigas que comeremos hoy. Quizás me he vuelto un poco mas "comercial" diría mi hermana, atrás quedaron las buenas historias, los interesantes ensayos o las extensas cartas. Empiezo a creer que no es falta de tiempo, sino de lectores ávidos. Debería recurrir, sin embargo, a los métodos tradicionales, pero no sé si tengo el valor suficiente. Porque aún sigo siendo respetuosa de las hojas en blanco, al grado de que mi hermosa libreta azul ha seguido en blanco por casi un mes.