jueves, 7 de mayo de 2009

Cuentos de mermelada de fresa

Cuando iba a la primaria escribía muchos cuentos, cuentos sobre niños que encontraban perros y los adoptaban, niños que comían muchos dulces comprados con mucho dinero que habían encontrado en la calle, y cosas así. Cuando iba en la secundaria escribía extensas cartas dirigidas a un megalómano paranoico que me permitía expresar mis tendencias suicidas. Cuando fui al bachillerato, escribí cientos de cariñosas cartas dirigidas a dos amigos, donde les explicaba siempre la facilidad con la que podían resolver sus sufridas cuestiones de amor, siempre diciéndoles que dijeran cuanto sentían pues nadie se los iba a comer. Y escribí también historias.
Recuerdo que una de esas historias trataba sobre una chica que amaba la mermelada de fresa sobre cualquier cosa en el mundo, anoche la recordé porque cenamos unos deliciosos hot cakes con mermelada de fresa precisamente. Así, hoy hice un poco de memoria tratando de descifrar el final que le había dado a la chica, pero no encontré en mi vasto arsenal de recuerdos ese final. Seguiré buscando, y cuando esté listo, seguramente que lo escribiré contenta de compartirlo con alguien más. Porque a pesar de ser una lista ligeramente extensa de historias la que escribí, casi nunca compartí ninguna, con nadie...podría decir cualquier pretexto pero muy en el fondo, sé que no las compartí porque hasta entonces no conocía a nadie capaz de soportarme.

2 comentarios:

  1. Espero poder convertirme en la persona con la que compartas tus historias, pues aun cuando no he conocido ni una de ellas la tuya y la mia son una misma y hasta hoy te he soportado jejeje te amo

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  2. ...y este extraño se ha entregado hasta ser como las palmas de tus manos...(Alejandro Sanz)

    Por supuesto.

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